HIJA DEL AGUA
"La Leyenda detrás de El Señor de los Milagros de Buga"
AUDIOLIBRO “Película Sonora”

Tras Bambalinas

Xie-Toc I Boletín de Prensa

  • Disponible en más 10 plataformas.
  • Basado en la leyenda del Señor de los Milagros de Buga, Colombia.
  • Audiolibro producido 100% en la virtualidad.
  • Revive el radiodrama con un narrador y 10 actores en escena.
  • Diseño sonoro inmersivo.
Audiolibro Xie-Toc, Hija del agua

Adalberto Agudelo Duque

Adalberto Agudelo Duque

EL ESCRITOR

Adalberto Agudelo Duque. El escritor que remueve la literatura hacia nuevos horizontes. En el año 2022, un grupo de personas importantes en el ámbito de la historia regional caldense se reunió para reeditar “Suicidio por reflexión” y “Los pasos de la esfinge”, los dos primeros libros publicados por Adalberto Agudelo Duque, pues representan un punto de inflexión en las tendencias literarias de la región y el país, en aquel momento de 1967: el primer libro por tratarse de la primera novela existencialista y urbana de Colombia y el segundo por ser el primer libro conocido de “Poesía ficción”. 

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FRAGMENTOS DEL LIBRO

Leídos por Adalberto Agudelo Duque y mezclados con el sonido final del audiolibro.

RESPUESTAS DEL ESCRITOR

¿Cómo nace la novela Xie-Toc, Hija del agua?

Pues yo fui criado en un hogar muy católico, muy cristiano, muy creyente, pero desde muy joven empecé a dudar de muchas cosas. De alguna manera diría que entré en el ateísmo, aunque encontré una definición de Dios que a mí me satisface, porque es una definición muy matemática. Digo que Dios es la suma de todos los números del universo más uno.

Y en esa descreencia aterricé en Buga, como digo en la introducción, en donde descubrí que el templo de El Señor de los Milagros es un templo masónico y me interesé por la leyenda de El Señor de los Milagros y por ese proceso de sincretismo que se dió. Es muy común en la novela latinoamericana encontrar narraciones de ese tipo.

Por ejemplo, en los  Huairapamushcas Jorge ICaza del Ecuador. Por ejemplo, en algunas novelas de Asturias, en algunas novelas de México también. Pero me interesaba sobre todo porque descubrí que que “La lavandera” no era una leyenda, sino que había sido una realidad que incluso tuvo nombre y que en el transcurso del tiempo, siglos tal vez simplemente olvidaron el nombre para atribuirle todos los milagros al Señor de los Milagros.

De tal manera que la gente iba al bohío y la señora curaba a los enfermos, y los enfermos pasaban por el templo a darle gracias al Señor de los Milagros, porque era él quien les había hecho el milagrito.

¿Xie-Toc es un personaje real?

Me preguntan si el personaje es real o es fantasía. Yo creo que es más real que fantasía. Yo lo único que pongo es el lenguaje. La anciana, la lavandera, existió. El bohío, existió. La leyenda misma del Señor de los Milagros, fue verdad. De hecho, en la Iglesia, en el templo o a un lado pues en el mercado que montaron los Redentoristas al lado del templo, venden una novelita, una novelita pequeña, de formato pequeño en el que explican cómo fue la aparición del crucifijo.

La historieta es que por razones de religión, siempre que una imagen entraba en deterioro, que empezaba a ser carcomida por el comején o a pelarse si era de yeso, a botar la pintura, si era de yeso o de madera, entonces la quemaban. En este caso lo que hicieron fue por alguna equivocación botar la imagen al río. La imagen definitivamente es una imagen fea, es muy pequeña, no es una obra de arte.

Y ahí radica precisamente la voluntad de la anciana de convertirla en parte de sus dioses, en uno de sus dioses al que le reconoce de cierta manera mucho más poder que a que a sus propios dioses. Aquí ya se da el proceso de sincretismo, inclusive de una manera inversa, que ya es la anciana lavandera, la indígena, la que asume a su Dios, a Chin, al Señor de los milagros.

¿Además de Xie-Toc, qué otras historias se cuentan en la novela?

Detrás de la novela hay otras novelas, otras historias, por supuesto. Estaría la historia de cómo llegaron los Redentoristas a apropiarse de la leyenda y del Señor de los Milagros. Estaría la leyenda de de la endogamia tenaz que hay en Buga. ¿Por qué en Buga se da tanto baldado, tanto baldón más bien entre las gentes? Hay muchoc cojo,  mucho ciego, mucho, mucho tullido. Y eso se debe a las relaciones incestuosas que se dieron y que se dieron en la sociedad bugueña, absolutamente endogámica.

¿Se imaginaba su novela en otros formatos más allá del papel?

No  ni de riesgo. Perdón, no, nunca imaginé que fuera a ser publicada en otro formato. Primero por la época en que escribí Xie-Toc, La Lavandera, no existían estos dos modelos y yo pues hace muchos años me declaré “analfabestia tecnológico” de tal manera que ni en sueños. Ahora, gracias a ti, pues, veo esta posibilidad de difusión y me alegra que me hubieras tenido en cuenta.

¿Cómo ha sido la participación en la creación del audiolibro?

Todo este proceso de la creación del audiolibro para mí ha sido muy extraño, pues como hemos estado trabajando virtualmente, esto ha sido todo un despelote. Ha sido muy curioso y muy bello, porque ese es tener contacto con otras voces, con otras interpretaciones . Y es como si estuviera viviendo al mismo tiempo en otra dimensión. Está esto aquí mismo, es otra dimensión. Yo estoy en un ambiente como de ciencia ficción, yo no sé, yo estoy hasta asustado de estar aquí.

¿Cuándo fue escrita la novela?

La novela fue escrita hace 40 años y tiene plena vigencia, puesto que existe todavía el templo, la imagen y las romerías en los fines de semana en Buga son son multitudinarios, hasta el punto de que en la Iglesia, para ir a ver, para admirar el Señor de los Milagros, la imagen milagrosa, es necesario hacer fila y es necesario entrar por un lado y salir por el otro. Como se cuenta en la novela.

¿Tiene una herramienta de escritura favorita?

Mis herramientas de escritura favoritas son los lápices. Yo generalmente uso tres o cuatro lápices, les saco punta por lado y lado cuando están muy cortos. Entonces me encontré este mecanismo que es parte de un lapicero ya sin mina, lo meto aquí y alargo el lápiz para seguir escribiendo. Uso lápiz porque para mí hay una magia muy especial en la mina, en el grafito.

Yo siento que cuando pongo el grafito apunta de lápiz sobre la hoja me comunico con el universo. Es como si el lápiz, el grafito, fuera una antena y trabajo con papel de reciclaje, en esta forma, porque para mí es una medida. Yo sé que que lleno la página y esto equivale a una página ya publicada en el libro.Raras veces me equivoco. Entonces yo gozo con esto, sobre todo mi mujer cuando intenta descifrarme, porque a veces ella me me transcribe, pero la mayoría de las veces me toca a mí llamarla para que descifre alguno de mis jeroglíficos.

¿Cuál es el legado de Adalberto Agudelo Duque?

El legado que a mí me gustaría dejarle, no a la humanidad, sino a la gente que escribe, a los muchachos que me leen, a los jóvenes o a los viejos que me leen. Es que no hay temas vedados, no hay temas vetados. Todo tema es susceptible de una novela, de un poema y un ensayo. No hay que temerle a ser blasfemo, no hay que temerle a la inquisición moderna. Hay que escribir y hay que escribir desde el corazón, como está escrito Xie-Toc. 

¿Por qué se considera un escritor marginado?

Yo he sido considerado un escritor marginal y de carambola me consideré marginal en la medida en que me marginaron. Yo acepté la marginación porque alguna vez me hicieron la pregunta y me fui al diccionario y le pregunte al diccionario ¿qué significa ser marginal? Y resulta que marginal significa ser distinto. Y yo desde niño soy distinto y completamente distinto, hasta tal punto que que me gané muchas reprimendas en la casa por ser diferente. Sobre todo por ser preguntón y por estar haciendo cosas que no iban con la escuela. Y tanto en bachillerato, en la Normal Departamental de varones como en como en la Universidad este dedo me perjudicó mucho porque hacía preguntas inusuales para las que el profesor no estaba preparado, en la misma forma de vestir yo soy marginal, yo trato de vestirme distinto. Hace muchos años amarró los zapatos al lado de abajo o a un lado, porque cuando me pongo los zapatos para salir a la calle pienso viendo ese amarrado que yo tengo que ser distinto, que no, que tengo que ser marginal en el sentido de que no voy para donde Vicente que va donde va la gente.

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